El número dos es siempre el más difícil. El primero (sea un libro, una revista, un newsletter o cualquier otra cosa) depende solo de uno mismo, nadie lo espera. Para el segundo hay expectación. Y cuando hay expectación hay vértigo. Si el texto del primer número salió solo, este ha salido tirando de oficio, algo un poco desprestigiado en estos últimos tiempos. Por otro lado, empiezo a entender cómo funciona esto. En un blog uno espera ser visitado, la espera puede ser pasiva —sin hacer aspavientos— o activa —generando mucho ruido—. Ambas opciones totalmente válidas. Pero aquí hemos cambiado la posición: previa invitación, me invitan a su salón. Me dejan entrar en su casa. La relación es distinta, pero la responsabilidad también.
Sin más preámbulos os dejo con los cuatro temas de este número, la reseña del libro, que a punto estuvo de no ocurrir y el extra no tipográfico.
Una exposición, la de Barnet Freedman
Entre el primer y segundo confinamiento de Londres y demás niveles variados de alerta, conseguí acercarme a Chichester, un pequeño pueblo en el sur de Inglaterra. Ya solo tomar el tren y salir de Londres fue un placer, a pesar del frío incipiente. El motivo era la exposición de Barnett Freedman: Designs for Modern Britain en la galería Pallant, la mayor retrospectiva de su obra desde 1958. Quizás porque me esperaba una visita corta, con tres o cuatro obras, quizás porque desconocía la obra de Freedman, o quizás porque este año he saboreado cada momento de una manera distinta, es probablemente es la exposición que más me ha impactado de los últimos años. Freedman (1901–1958) fue pintor, artista comercial, ilustrador, tipógrafo e impresor de litografías. Su trabajo comercial para Transport for London o Post Office es sublime, sus portadas de libros, cautivadoras, su oficio tipográfico exquisito, su trabajo es, en general, abrumador. No parece que exista una fundación con su obra, o al menos no con presencia digital, así que he seleccionado tres enlaces donde ver parte de su obra: su obra pictórica en la Tate, una pieza con material comercial en el blog Spitafields Life y la reseña de la exposición en The Guardian.
Una de portada de libros
Moe Elhossieny es un diseñador gráfico egipcio apasionado por las portadas de libros y por la memoria visual de su país y por extensión de Oriente Medio. Primero lanzó la plataforma donde publicar textos de investigación en diseño y cultura visual, Design Repository. Luego comenzó a coleccionar libros y terminó creando el Arabic Book Cover Archive, un archivo virtual con portadas de libros de países árabes publicados entre los años 1930 y 1990, desde que nace el diseño gráfico como oficio y antes del periodo digital. Los libros pasan por un examen completo: se categorizan, se escanean, se retocan digitalmente y algunos y algunos los comparte en la página de instagram. Cuando lleguen a 5.000 mil títulos lanzarán un archivo digital completo. Que las portadas se retoquen, en Photoshop, es algo que me cuestiono, pero quizás cuando tengan una web en condiciones lo expliquen y tenga sentido. El objetivo de este archivo es múltiple: salvaguardar la memoria gráfica de los países árabes, construir un pasado visual que sirva como herramienta para educadores e investigadores de manera que puedan alejarse de la que hasta ahora es la única línea existente, la del mundo occidental anglosajón, y por supuesto es un material único inspirador para diseñadores gráficos de cualquier lugar del mundo.