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Hola! Espero hayas tenido un excelente fin de semana.
¿Y si estamos equivocados? Así es más o menos la traducción del libro que terminé de leer este fin de semana. Lo escribió el norteamericano Chuck Klosterman y, esta vez, no se trata de música. El libro se llama But What If We’re Wrong?: Thinking About the Present As If It Were the Past. En el libro, Klosterman argumenta que es altamente probable que estemos equivocados en todas aquellas cosas de las que tenemos certezas. Pero hay un elemento del libro (que recomiendo mucho), que tiene que ver con aquellas piezas culturalmente que finalmente terminan definiendo nuestra época para futuras generaciones. ¿Cuáles serán los discos que definirán esta década? ¿OK Computer, resumiendo los miedos millenials o el último de Black Eye Peas, como un símbolo de la decadencia de la cultura popular occidental?
En la edición de hoy. Hoy les comparto dos discos muy importantes, al menos para mi. El primero es Curtains de los británicos Tindersticks, el tercer disco de la banda y que implicó para ellos salir de una cosa muy oscura e introspectiva para jugar con la poesía de Stuart Staples a punta de vientos y arreglos con crescendos que tanto me gustan. El otro es un disco seminal, un puente conector entre la poesía, el spoken word, el jazz y el hip hop, que hizo Gil Scott-Heron en 1971. Probablemente no te suena mucho su nombre, pero es el muchacho detrás de esta joya de todos los tiempos, con la que parte el disco.
De nuevo muchas gracias por mantenerte suscrito o suscrita y ojalá te guste la selección de esta semana. Que tengas una buena semana ✊
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Tindersticks - Curtains (This way up, 1997)
Me acuerdo perfecto de la primera vez que escuché a Tindersticks. Fue en el colegio, luego que en uno de nuestros regulares intercambios de cassettes pirateados con Enrique él me filtrara un disco muy raro, pero hipnótico -en el sentido de película de David Lynch-, que partía con la historia del recuerdo de la hermana del señor que cantaba con esa voz barítono tan característica de Stuart Staples. Esa canción, me enteré mucho después, estababa en el segundo disco de una banda inglesa llamada Tindersticks, que me iba a seguir durante muchos años.
Siempre me llamó la atención que en muchas críticas se dice que Tindersticks es una banda con un sonido difícil, cuando a mi me parece justamente lo contrario. Son canciones algo hipnóticas, como decía, pero en ningún caso con estructuras complicadas o arreglos que te hagan apagar la radio de incomodidad. De hecho en Curtains, su tercer disco, lo que hacen es tomar lo que habían construido en sus dos discos anteriores (donde quizás sí eran un poco más introspectivos, aunque nunca difíciles) y terminar algo así como una trilogía para echar a andar lo que sería el sonido de la banda en los años que vendrían.
La voz de Staples recuerda a Tom Waits, Scott Walker o hasta a Leonard Cohen, lo que no sé si son necesariamente pistas que abran muchas puertas a escuchar su música para quienes recién se están asomando. Curtains es un disco un poco largo quizás (dura más de una hora), y si estás atento a las historias que cuenta Staples en cada canción, se parece mucho a leer un libro, a ese ejercicio de sumergirse en la cabeza o las letras de otro para permitirte ver con otros ojos.
Escúchalo: Youtube
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Gil Scott-Heron - Pieces of a man (RCA, 1971)
Este disco parte con esa bomba llamada The Revolution will not be televised, con ese bajo profundo y la voz de Scott-Heron recitando las letras de su poesía. Hay una versión más minimal de la misma canción que se grabó el año anterior, solo con congas. También recomendada, aunque me parece que la versión de banda completa (la enlazada arriba 👆) es muy superior y amplifica cada uno de los versos de la canción, un llamado proto-punk y proto-funk a la acción en la calle acompañado de probablemente los mejores músicos de jazz del momento.
Difícil es imaginarse el hip-hop de los ochenta sin pensar en la inmensa influencia que tuvo este músico, escritor y poeta en todo ello. Sin embargo, es curioso que justamente en los momentos en que su influencia se condensaba en probablemente sería uno de los géneros musicales más interesantes de los últimos años, Scott-Heron estaba sumido en un espiral de decadencia y abuso de drogas y alcohol que incluso lo tuvieron preso durante un par de años.
En 2011, y con la ayuda de Richard Rusell, el capo de XL Recordings, lanza I’m New Here (que tiene esta gran canción) y luego el propio Rusell gestiona la colaboración entre Scott y Jamie XX en la reversión de este disco llamada We’re New Here donde Jamie clava elementos dubsteps y UKG para enriquecer el disco.
Pieces of a Man es para algunos una de las piezas clave de la música popular de los setenta. Scott-Heron no fue ni el primero ni el último en tratar de usar la poesía y la música como un arma para el cambio social o para lavantar la voz por los pobres y desaventajados. Pero Scott-Heron fue uno de los primeros que dio un paso adelante desde el spoken word a algo un poco más sofisticado musicalmente para convertirlo en un género. Scott murió en mayo de 2011 luego de complicaciones pulmonares derivadas del VIH con el que vivió durante años.
Escúchalo: Youtube | iTunes Music
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Claudio
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