Canciones Buenas #51: George en el mundo material
Okey. La vida de George Harrison estuvo bastante lejos de, supongo, la de un monje budista. Los datos de su biografía dan cuenta tanto de ese extrañísimo lugar que le tocó en el mundo, como también de sus constantes inquietudes espirituales. McCartney y sus canciones crecen y crecen mientras pasa el tiempo y hasta cae mejor mientras pasan los años, pero algo pasa con Harrison. Es como si su vida hubiera sido un flujo sobre algo mayor. Como si se hubiera esforzado en que su paso por nuestro mundo fuese al mismo tiempo leve y profundo, misterioso, contemplativo y trascendente. El mismo Beatle de mirada esquiva es el del concierto por Bangladesh.
A veces me pregunto si no somos todos un poco así. Si la vida no se tratara también de ir y venir, de mirar a veces desde arriba de la ola también la distancia que nos separa del colapso.
Al pensar en sus canciones, me gusta revisar de vez en cuando las que no quedaron. Las que no fueron himnos, las que terminan injustamente bajo la sombra de esas melodías que circularán por décadas. Por eso a veces vuelvo a este disco, "Living in a Material World". Me gusta pensar en estas canciones sencillas, sin muchas pretensiones, como la manera que tuvo George de tratar de entender mejor cuál era su lugar en el mundo.